viernes, 22 de febrero de 2013

El Niño y el tren

El niño imagina a su abuelo en lo más alto de la montaña, se pregunta; ¿Cómo hará mi tata para manejar esas locomotoras? Apenas tiene cinco años, su fantasía son los trenes. Todos los días visita “los trenes antiguos” ese espacio mágico entre rieles, cambios marmitas. En un pedestal de cemento se encuentra la vieja locomotora 43 tan antigua como el pueblo mismo. Una pequeña estación en escala muestra aparatos de block, un telégrafo, la boletería, el fechador de boletos de cartón y la taquilla, la sala de los recuerdos colmada sus paredes de fotos sepia que los habitantes han puesto en custodia de Don Rubén “el yugoslavo”. En cada foto esta la memoria del tiempo: los oficios de los abuelos ferrocarrileros desde la fundación del villorrio y paso del primer tren en el año 1887 , estos oficios se fueron transmitiendo y heredando , al cumplir los 18 los jóvenes ingresaban al ferrocarril como practicantes al galpón de maquinas , los talleres o aspirantes a conducir trenes. En el viejo galpón de maquinas permanece sémi abandonado a un costado vagones de pasajeros oxido y hierro retorcido, una mesa giratoria que funciona, el paredón donde los maquinistas purgaban las calderas a los fines. , decían - no se acumularan incrustaciones por lo que abrían el rubinete para producir nubes de vapor tibio rebotado sobre la pared. En el otro lado se observan restaurados algunos tachos rodantes que sirvieran para transportar agua o combustible, pintados con los símbolos que identifican al pueblo, la bandera Argentina o la nueva bandera de la ciudad dos furgones de cola pintados a su color original impecables, sirven en días de fiesta patria para que los artistas muestren sus obras pictóricas y artesanales. El niño subido a los vehículos de vía estacionados viaja con su imaginación a pueblos a fundarse al paso del tren .No hay día que no le pida a su madre lo lleve a “los trenes antiguos”, corre hacia la locomotora, agrega leña a boca de horno, esta atento al paso a nivel tira la cuerda del silbato, en su ulular saluda a la gente a su paso. Es feliz en su mundo de rieles y de tren. Aun no tiene edad para entender que hasta su tatarabuelo por la época de los Ingleses supo conducir a buen destino, al igual que el ahora aquellas maquinas negras e hirvientes con grandes cargas, o los inolvidables coches con asiento de madera que surcaran las paralelas de Entre Ríos para el lado de Parera Gualeguaychu. Después de tres días de viaje llega su abuelo , el niño presiente , lo espera con ansiedad , lo recibe con un beso grandote ¿ como te fue tata estas cansado ¿al viejo le duelen los viajes y sus huesos calados por la humedad todos los días un poco mas, ya le falta un año y se acoge al beneficio de la jubilación han pasado treinta , pero ante la ternura del niño dice;¡¡ Hemos tenido buena marcha con mi compañero¡¡ ¿Qué han traído? Un tren con carga o “El Gran Capitán”? yo cuando sea grande voy a ser maquinista, quiero ayudarte .. Abuelo sonríe¡¡¡ Un brillo especial reflejan sus ojos, queda en silencio apoya su valija se afloja el uniforme, retira su calzado, ahí esta el con una vieja palangana de aluminio, ha puesto agua fresca para lavar los pies al maquinista –vas a estar mejor abuelo tienes los pies hinchados. Hoy a la tarde mamita me llevo a la maquinita. Pensé en vos te esperaba… mientras tu descansas abuelo lustrare tus botines para el próximo viaje , quedaran nuevecitos lo veras , te los pediré prestado para dar una vueltita , si claro dice el abuelito , sonríe , el viejo recuerda su niñez cuando esperaba a su padre que llegara en aquel tren del mediodía el que siempre arribaba a horario 12.36 Hs corría hasta inmediaciones del galpón de maquinas para ayudarle a cargar la caja de lata doble piso , la bolsa de agua , saltarle al cuello , besarlo sentir su transpiración entremezclada con el fierro , ese olor único del obrero del riel , el hollín , la marca blanca en el rostro tal cual un antifaz al retirarse las antiparras , su gorra verde oliva .la visera negra el pañuelito al cuello , su nudo galleta , escenas similares ¿Casuales? Y cada regreso la misma pregunta: ¿como esta tu madre? ¿Se han portado bien?¡¡¡ Tu eres el mayor!!! Sabes cuando no estoy eres el jefe de la casa y entre risas cómplices llegaban donde el perro negro era el primero en festejar la llegada de su amó, para mamá secándose las manos en el delantal decir bienvenido a casa Julio hola mi amor; y el mayorcito inmediatamente. Lavar los pies de su padre Como Lo Hizo Jesús con sus doce apóstoles. MIGUEL JULIO NEIRA dedicado al niño Dante Agustín Neira

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