viernes, 1 de marzo de 2013

Sincericidios en el nombre de Dios


La Iglesia Católica, vive en la boca de la tormenta, y declaraciones de algunos de sus representantes, hacen que sea esta, quien no encuentre en esta sociedad moderna, un lugar de inserción. Claramente y como en todas las demás religiones, como en las distintas entidades del mundo, no todos piensan igual y mucho menos, actúan todos de la misma forma.
Recordemos, que parte de la Iglesia, fue duramente criticada por delitos cometidos en nombre del Señor, que muchos curas representantes del catolicismo fueron denunciados en distintas partes del mundo por delitos sexuales, por apoyar gobiernos de facto o por callar y hacer la vista gorda a delitos cometidos por sus pares en el resto del mundo. En nuestro país, muchos Sacerdotes y parte de la cúpula de la Iglesia, fueron parte importante en el robo sistemático de bebés durante la última dictadura, algunos párrocos, daban la extrema unción a detenidos clandestinamente por militares de la época. Daban la extremaunción a hombres y mujeres, chicas y chicos, detenidos en centros clandestinos de detención, porque luego serían matados por sus captores.
Claro, que también existen de los otros, de los que de buena fe y con gran tino, cuidaban de los ciudadanos y cubrían de alguna forma, a quienes eran seguidos por los delincuentes que ocuparon el poder, durante la última dictadura.
La Iglesia, nunca se mantiene al margen de los temas que están en debate en la actualidad. Lo que justamente no hace, es actualizarse a los tiempos que corren. Y salen, algunos, por los medios, a realizar declaraciones poco afortunadas citando mentiras, para justificar su postura con respecto a algunos temas muy sensibles en esta sociedad actual.
Leandro Bonnin es un Sacerdote nacido en San José, Departamento de Colón, de la Provincia de Entre Ríos, y dio su parecer de los corzos. De hecho, le cayó muy duro a los corzos y el casi desnudo de las integrantes de las comparsas. A continuación, dejamos algunas frases, pronunciadas por el cura, que desempeña su labor, en la ciudad de Paraná, en la Parroquia Nuestra Señora de la Piedad.
 “Es una forma de manipulación de la belleza del cuerpo de la mujer, hiperexpuesta a la mirada de todos. Es, entonces -lo afirmo con toda certeza- una forma de violencia de género. Es una forma de 'usar' los cuerpos para el goce egoísta de los sentidos y del corazón corrompido del varón”, remarcó. 
“El carnaval (sobre todo, el que tiene formato Río de Janeiro, el que se está sosteniendo en Gualeguaychú desde hace años, y prolifera, desgraciadamente, en cada rincón de la provincia) es una fiesta pagana, donde se exaltan todos los excesos, donde el descontrol es la lógica. Descontrol que quizá al principio se disimule o se muestre en 'cuentagotas', pero que progresivamente abandona su 'guarida' y se transforma en el eje, en el hilo conductor de la fiesta. Como pueden leer en cualquier nota sobre los carnavales con más años, se considera este tiempo como un tiempo de 'vale todo'. Y cuando se dice todo, es todo”, afirmó. 
“La lujuria es lo contrario del amor y del compromiso que fundan una familia, porque el descontrol en el alcohol y las drogas y la 'exaltación de la joda' son lo contrario de la disciplina, del espíritu de superación y sacrificio que forjaron nuestra patria”. 
Más adelante, sostuvo que “un cristiano no puede participar de esta fiesta pagana. Un cristiano debe oponerse con todas sus fuerzas a la lógica del descontrol y de la lujuria que impera en estos eventos. Un cristiano no puede cooperar de ninguna manera en la realización de estas fiestas. Nuestro testimonio en favor la belleza de la pureza y del carácter sagrado de la sexualidad, hoy más que nunca, nítido, claro, luminoso”. 
Mientras tanto, en la vecina provincia de Santa Fe otro Sacerdote, el Padre José Ramón Ceschi  decía lo siguiente, con respecto a la homosexualidad:
“Las personas homosexuales ‘no son totalmente normales como los heterosexuales y que sus elecciones ‘son una desviación
No hay una postura clara sobre la homosexualidad, dijo y apuntó que ‘de hecho la Iglesia habla junto con la ciencia de que hay un proceso incorrecto en la maduración de la sexualidad‘. 
O sea, son hijos de Dios, nuestros hermanos, tienen un sentimiento que vamos a usar la palabra normal entre comillas si prefieren; es una cosa un poco incomprensible, pero de todas maneras son sentimientos sinceros y la Iglesia también tiene que pensar en ellos‘, indicó. 

‘Los respeto como personas, por sus valores, por ejemplo yo veo que la mayoría de los varones homosexuales son muy respetuosos, quizás por la dimensión femenina que tienen, son muy amables, afables y muchas mujeres los aprecian por eso‘, agregó. 

‘En algunos casos hasta nos superen a los heterosexuales, de todas maneras independientemente de eso, uno reconoce con alegría esos valores‘, añadió. Pregunto... ¿Por qué se sabe heterosexual o se incluye dentro de estos cuando habla de nosotros? ¿Cuál es la sexualidad de los curas? ¿Nacieron asexuados?

‘La iglesia siempre ha pensado que el matrimonio religioso, dejemos de lado la parte civil, es de un varón y una mujer. Está muy clarito, no se discute ni a nadie se le ocurre santificar una unión civil. Se excluye totalmente‘, aseveró Ceschi. (Télam)

En el caso del Sacerdote Bonnin, debe tener en cuenta, sobre todo, que nadie obliga a participar de estas fiestas, a mujeres, para que bailen y se diviertan participando de corzos para que sean utilizadas como objetos de deseo, porque también participan, mujeres mas vestidas, hombres, niños y adolescentes, tocando instrumento y bailando con su torso desnudo. Entonces, no será cierta la afirmación, y menos si habla de certeza, que es una forma de violencia de género. La desnudez es parte de la vida y no hay porque negarla. Pero nadie obliga a nadie, y sobre todo, sabiendo que esta, es una  forma artística de expresión cultural. En lo que no pronunció y seguramente estaremos de acuerdo, es que no es necesario, disfrazar a niñas y adolescentes, de bailarinas sin ropa. No es necesario que una nena, deba llevar un traje cola less, pero tampoco lo será, prohibir estas fiestas, que en principio, se realizan como expresiones populares. No es, justamente La Iglesia, una institución popular, por lo contrario y al igual que las demás religiones, trabajan con y para los más pudientes.
Vale la pena destacar, que Bonnin,  fue uno de los firmantes de la carta presentada en septiembre de 2010 a monseñor Maulión, donde se denunciaba los abusos del sacerdote pedófilo Justo José Ilarraz
Mezclar la droga, el alcohol y demás yerbas, con estas fiesta populares, solo dejan mal parado a quien es emisor de la denuncia y no a los receptores de los agravios. Porque sin duda alguna, es un agravio a quienes con buen tino y buena predisposición, trabajan durante todo el año, para hacer disfrutar a propios y extraños. Lo popular no va de la mano con ninguna religión, mucho menos, en religiones pre establecidas.
 Y contestándole o haciendo una observación a las palabras del Sacerdote Santafesino, quien dice que los homosexuales no son tan “normales” como los heterosexuales, debo decir, que primero me gustaría saber, que es para Él, “ser normal”. Quiero aclararle que muchos personajes nefastos de la historia, eran heterosexuales, y mataron, violaron, vejaron y se ensañaron con mujeres, con chicos y con chicas. Que también eso ocurre dentro de los homosexuales y nadie ni nada, ni ningún acto habla de normalidad.
Debo decir, que miente, que no hace honor a la palabra de Dios cuando afirma que hay un proceso incorrecto de maduración de la sexualidad en los homosexuales. Que no debe porque importar el gusto de otro, y mucho menos si se trata de una opción sexual, que pertenece, sin duda alguna, a la vida privada de cada persona.
Debo decir, que siento que miente, que pretende quedar políticamente correcto y se equivoca, cuando afirma que “la Iglesia también tiene que pensar en ellos”. No se preocupe padre, le diría una persona homosexual, que no queremos su lástima, que no queremos y nos importa la valoración que nos da la Iglesia o sus actores.
Debo decir, que es mentira que los respeta, que a nadie le interesa esa clase de “Respeto”, que estas actitudes o dichos, solo provocan separación, que alejan a muchos creyentes de La Iglesia, que provocan violencia y discriminación. Afirman esto, seguramente, sin haberle preguntado a Dios, si en verdad el piensa lo mismo.
Pero lo mas triste, lo mas denigrante, es lo que dice en su último párrafo, donde aclara que en La Iglesia, “está muy clarito, no se discute ni a nadie se le ocurre santificar una unión civil. Se excluye totalmente”. Porque así, sin darse cuenta, pensando que actúa en nombre del bien, excluye y separa a quienes no sienten como el opina.
Separar es parte de las religiones, no es propósito de Dios.
Las principales religiones, las que gobiernan el mundo de los creyentes, en gran parte, nunca se ocupan de los despojados, de los necesitados de amor, de los pobres, por eso aparecen cada vez más religiones, que se ocupan de ellos. Lamentablemente, estas pequeñas religiones, actúan como las religiones más grandes, nada más, que sacándoles plata a los que menos tienen.
Yo creo en Dios y creo que nadie puede estar en medio de nosotros dos. Creo que cada uno sabe cuando miente, sabe porque lo hace, sabe cuando lastima, sabe cuando hace el bien o hace el mal, y no es necesario que intermediarios, medien entre Dios y Yo. 
Y para terminar, debo decir, que no es verdad que por hacer esta afirmación o firmar esta editorial, seré un pecador. Ellos solos, se meten en estos debates, creyendo que son los dueños de la verdad y que el resto de los mortales, deben escucharlos y hacerles caso, por tener un Don, que por lo menos Yo, no se cual es.


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